De las 53 películas de Alfred Hitchcock, 39 contienen un cameo de él mismo (más uno no confirmado, en El agente secreto). El director aparece efímeramente como extra o se ve una imagen suya en una foto que interviene en la trama de la película o en el periódico. Esta simpática costumbre es una de las firmas de Hitchcock y un entretenimiento para sus fans.
En sus primeras películas es más difícil encontrarlo, pues se escondía entre multitudes o no llevaba ni hacía nada que llamara la atención, pero a medida que su fama fue creciendo, sus cameos fueron más visibles y llamativos. Llegaron a ser tan famosos, que en sus últimas películas los hacía en los primeros minutos para que los espectadores no se entretuvieran buscándolo a lo largo de la película y pudieran centrarse en el argumento.